L'AQUILA (EL ÁGUILA), se destruyó y como el AVE FÉNIX resucitará con el G8.

L'AQUILA (EL ÁGUILA), se destruyó y como el AVE FÉNIX resucitará con el G8.

Alejandro Jodorowsky : " Desde el medioevo, el águila ha significado la conciencia suprema más que el intelecto, el espíritu. Hay que pensar que todos esos procesos son internos. Eso puede ser tanto un águila como el arcángel Gabriel. Los ángeles dan la espalda a Dios y solamente hay uno que lo mira, el “enviado de Dios”.
El Águila es un mensajero divino, está en comunicación con su centro vital, con ese Dios interior que cada uno de nosotros llevamos dentro. Es un fenómeno que se encuentra en todas las religiones y en las mitologías.
Es interesante que el águila figure en el escudo de México y que también sea el símbolo de Estados Unidos.

Decimos también que el águila y la serpiente son antítesis que se unen y que podrían significar el alma y el cuerpo, lo espiritual y lo material, la supraconsciencia y el inconsciente que deben fusionarse y sólo ser uno. Se podría continuar esta búsqueda de simbiosis cuando la serpiente lleva plumas y el águila pierde sus escamas. En los bestiarios medievales, el águila era también el animal que volaba más alto, que podía ver al sol y a Dios; simbolizaba además la eternidad porque cuando su pico está gastado, lo cambia y lo regenera afilándolo en las rocas. Es por eso que los reyes y sobre todo el Emperador en el cuarto arcano del Tarot tienen la nariz ganchuda del águila que simboliza la categoría interna de sí, la conciencia universal, eterna."

Alejandro Jodorowsky en una entrevista



AGUILA - AQUILA

Símbolos o conceptos simbólicos utilizado en esoterismo o religiones.

En el esoterismo se la considera símbolo de la trascendencia. En la iconografía universal el águila y la serpiente aparecen siempre en lucha. Ciertos autores justifican esta conjunción simbólica asegurando que ambos animales son complementarios, más que opuestos, ya que uno representa el principio celeste, y el otro el principio terrenal o ctónico. Según Fulcanelli, águila significa brillo, claridad viva, luz y antorcha; hacer volar el águila, según la expresión hermética, es hacer brillar la luz, liberándola de su envoltorio oscuro y llevándola a la superficie.

AGUILA

Extraordinaria difusión como animal simbólico, por lo general asociado al Sol y al Cielo, a veces también con el rayo y el trueno; los rasgos que impresionan son la fuerza, la resistencia, la altura y audacia del vuelo. Las plumas simbolizan los rayos del sol y se emplean en ornamentos rituales. Como "reina de las aves" alude a la realeza y a la divinidad desde épocas muy remotas; en la Antigüedad grecorromana simboliza y acompaña a Zeus ( Júpiter - Giove ).

En el arte Romano el águila que emprende el vuelo personifica el alma del soberano, o le sirve de soporte conforme va a su apoteosis mientras el cadáver se quema en la pira. Las legiones romanas llevan el águila en su estandarte. En la Biblia encontramos el águila como imagen del poder divino que todo lo abarca, o del vigor de la fe.
El Physiologus le atribuye las misma cualidades legendarias del "Ave Fénix", de ahí su significado medieval como símbolo del renacimiento y del bautismo (y su ocasional presencia en la ornamentación de las pilas bautismales); a veces también de Cristo especialmente como revelador de la serpiente, o como símbolo de su Ascensión (por el vuelo).

Los míticos comparan la oración con el águila que remonta el vuelo, cosa que hace mirando cara al sol (según Aristóteles), lo cual justifica que simbolice la contemplación y la iluminación espiritual. Por esto y por la elevación de su vuelo figura como atributo del evangelista Juan (Evangelistas, símbolos de los). Entre los siete pecados capitales el águila simboliza la soberbia; entre las cuatro virtudes cardinales, la justicia. C.G.Jung la considera símbolo del padre. Águila imperial y de blasón continuando la tradición romana, como símbolo de soberanía (en heráldica y numismática).

AGUILA

Esta ave es considerada por los masones como un símbolo del valor y de la inteligencia. En el caso del águila bicéfala, se trata de uno de los distintivos de los altos grados de la masonería filosófica y especulativa.

Escudo de Alemania
El escudo de armas de Alemania, y su emblema nacional, es el águila federal, Bundesadler, símbolo tradicional alemán, con los colores de la bandera, el águila negra con pico y garras rojas sobre fondo color oro.

El águila ha sido desde los primeros tiempos un emblema popular. Ya las antiguas culturas egipcia, hitita, sumeria y babilónica lo adoptaron como símbolo de la divinidad y la ley.
En Grecia era uno de los símbolos de Zeus y en Roma de Júpiter y las legiones romanas portaron desde el año 104 adC por decreto de Marius un águila en sus estandartes.
Disuelto el imperio Romano, Carlomagno adoptó el águila como símbolo del Sacro Imperio Romano, en el emblema el águila aparecía ya de color negro sobre fondo oro, sin embargo desde el siglo XV derivó en un águila de dos cabezas.
En 1871 Otto von Bismarck adoptó el águila como símbolo del recientemente restaurado imperio alemán, mientras que la monarquía austro-húngara conservaba el águila de dos cabezas. En 1935 el partido nazi añadió la cruz gamada bajo el águila y el 20 de enero de 1950 Theodor Heuss definió el escudo actual.

El águila del Bundestag
La forma más conocida del águila federal es la que se encontraba en el antiguo salón de plenos del parlamento en Bonn. Bajo la enorme figura creada por el artista Ludwig Gies en 1953 se desarrollaron las batallas dialécticas entre los políticos de la antigua República Federal y el pájaro quedó recogido en innumerables fotografías, diseños y caricaturas convirtiéndose en la conciencia pública en el símbolo natural de la alemania de la posguerra.
Tras el traslado de la sede parlamentaria a Berlín se conservó el diseño original.

El origen del uso del águila como símbolo republicano se da por primera vez en Roma, precisamente cuna de la Res Pubblica, es decir, la cosa pública, lo que interesa a todos, las leyes, el derecho, la política.
Ahora bien, el águila republicana romana ve de izquierda a derecha, o visto por el espectador de derecha a izquierda. A veces se ponía viendo al revés, pero desde el punto de vista de la iconografía clásica, el águila republicana ve hacia la derecha o a la izquierda del espectador.
Tan cierto es esto, que todas las repúblicas surgidas a partir del siglo XVIII en adelante, si en su escudo nacional tiene un ave, está ve de izquierda a derecha. Véase por ejemplo el escudo de Estados Unidos, de Alemania, de Austria, Irak, Siria, Egipto, con sus águilas republicanas, o el quetzal de Guatemala, el cóndor de Ecuador y Colombia, el halcón de los Emiratos

El águila es poder que desciende desde lo alto con la velocidad del relámpago. Es potencia que se abate feroz sobre la víctima. Es, por tanto, fuerza guerrera. Los influjos bélicos, las virtudes combativas del gran ave, relucen en los escudos de armas y emblemas nacionales de reyes alemanes, duques de Baviera, Silesia y Austria, los margraves de Brandeburgo y los reyes de Polonia. El águila como símbolo heráldico fundamental. En la heráldica europea existe también la costumbre de la representación del águila bicéfala, doble águila. En 1433, el pájaro de dos cabezas, asociado con la deidad romana Jano, se convierte en blasón de los emperadores romanos-germánicos. Luego de la disolución del imperio es símbolo del Imperio de Austria (hasta 1919), y de la Rusia Zarista (hasta 1917).

En el Aventino, Rómulo contempla un águila. La estima señal de buen augurio. El ave se convierte luego en estandarte y emblema del Imperio Romano. Para los chinos el pájaro altivo es vigor, fortaleza; al aparecer sentado sobre una peña simboliza al luchador que aguarda un combate decisivo. Quauhtli (águila) es el nombre del decimoquinto de los veinte signos del calendario azteca. El nacido bajo su influencia promete futuras cualidades guerreras. El águila es también el ave imperial de los aztecas. El antiguo pueblo dominador y sacrificador de Mesoamérica posee la Orden de Aguilas y los jaguares, su aristocracia guerrera. En el siglo Xll, los aztecas descubren un águila que se posa sobre un cactus. Esta es la señal del lugar donde erigirán Tenochtitlán, que brilló donde hoy se emplaza la actual capital de México.

El águila es luz vencedora de las potencias oscuras. En este rasgo simbólico se manifiesta como matadora de serpientes y dragones. Serpientes enrolladas en el pico aguileño aparecen en el blasón de México. En la India, el águila es Garuda, que lucha contra la serpiente. La iconografía cristiana expande la significación del pájaro de mirada ceñuda como bien triunfante. Se asocia con el evangelista Juan, el profeta Elías y el Cristo resucitado. Su vuelo hacia la altura se lo relaciona con la Ascensión de Cristo. El águila deviene así mensajero celestial. En la India le llevaba el soma a Indra. Para San Jerónimo es emblema de la elevación propiciada por la Oración.

El águila y la renovación solar: en antiquísimos sepelios reales, el cadáver del soberano es obsequiado a las llamas. Mientras el fuego consume los restos, se hace volar un águila, vehículo alado del alma del muerto en su viaje hacia los dioses; hacia el sitio celeste de una resurrección. La fusión del águila con el sol y sus rayos propicia la alquimia de su rejuvenecimiento. En la Siria Antigua, el águila con brazos humanos simboliza la adoración del sol. Según el decir de Hohberg, en 1675, "...cuando sus plumas se vuelven incapaces para el vuelo, el águila se rejuvenece y renueva en la llama del sol". El gran ave también puede rejuvenecer lanzándose tres veces sobre el agua; de ahí su vínculo con el Bautismo y las pilas bautismales.

En el águila late el ojo ígneo de la visión. Lo visionario. Para algunos Bestiarios, el ave altiva puede escrutar intensamente el sol, sin enceguecerse. Signo de la familiaridad entre el ojo aguileño y el fogoso rayo solar. En los vitrales góticos, el águila eleva a sus polluelos aun no aptos para el vuelo, para enseñarles el modo de contemplar el esplendor del Astro Rey.

La mirada aguileña siempre se expande hacia la lejanía. Su voluntad se entrelaza con lo remoto y se desentiende de lo cercano. La visión del gran pájaro no es sólo poder de acercamiento físico a lo distante; es visión preñada de agudeza intelectiva, de "pensamientos de águila". El influjo de ese pensar sobre los humanos, los desvía de la vida cotidiana, los impele a colisionar, con mordacidad y firmeza, contra lo instituido. Los consagra al inconciente hechizado por el águila y sus vuelos del espíritu.

Y el águila planea ágil en el nervio de la tormenta. En las antiguas monedas macedónicas, se acuña la estampa aguileña como expresión del rayo. Su capacidad de elevarse en las alturas, y luego de descender en fulminante caída, es relacionada con la descarga fulminante del rayo. Es así el pájaro de la tempestad. Los indios de la costa noroeste de Estados Unidos representan al águila como Thunderbird, el pájaro de trueno. Al combatir con las espíritus del mundo de los muertos provoca las tormentas. Incorporada a los postes totémicos de los clanes, alude al fundador mítico del grupo.

Y el gran pájaro, con su vuelo de alas nítidas y rudas, es indicio también de lo que pude volatizarse, sublimarse, hacerse sutil. El águila como símbolo de la volatización. Cuando el ave solar devora al león, significa el triunfo de la imaginación y el espíritu sobre el caos material. Es volatización, sublimación, del impulso instintivo y terrenal.

ll. El símbolo muta la mudez posible de las formas. El desierto puede recluirse en su vastedad estéril; el océano diluirse en sus planicies amorfas de líquido, y los bosques extraviarse en sus apelotonados collares de árboles. Pero lo simbólico permite que el desierto, el mar y el bosque, se excedan a sí mismos, y se liguen con un sentido superior y universal.

Y el águila surca el cielo y cosecha en las tierras celestes, semillas de sentidos. El cielo surcado por su majestad no puede ser ya espacio neutro, mudo, inexpresivo. El ave del escrutar incisivo inventa sobre los crepúsculos, castillos de significaciones. Para habitar en aquel lugar celeste, habría que ser como águila. Ser como el pájaro de la tormenta. Ser respiración humana animada por la agudeza de una visión; por la decisión de un salto audaz; por el coraje guerrero y la mística de la adoración del sol y la renovación.

Ser como águila. Ser triunfo sobre el peligro de la materia fangosa, sin conciencia; ser luz expansiva y habitante de la altura que vence al dragón del caos; rugido poderoso y creador de la tormenta; danza del espíritu sutil sobre piedras pesadas y sin amor a lo lejano.

Ser como águila: alas y el ojo, en los que el pensamiento asciende a la nube más secreta.

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